Surrealismo en Mexico (From the perspective of an Indian)

Yo vengo de un país conocido por su misticismo espiritual, el yoga, y su patrimonio cultura rico. La India me ha preparado para esperar lo inesperado en más de una forma. Pero, lo que vi y vivia en México fue algo que nunca había imaginado.

Mexico para mi es un pais sumergido en los colores. Las paredes, los graffiti, las casas pintadas de colores vivos, los artistas que exhiben su trabajo en la Zona Rosa, Mercado San Ángel, y la lista no termina nunca. Para mí, este nuevo mundo, este país, y esta ciudad era surrealista. El soñador en mí sintió felicidad extática ante la visión del arte floreciente de este país.

He sentido mi alma revolotear cuando las aztecas realizaron sus rituales en el Centro de Coyoacán. Tenía la piel de gallina al visitar la Basílica de Guadalupe. Miré fijamente transfigurado mientras que los chamanes curaron individuos con sus palillos del incienso y cepillos emplumados. Nada de esto era algo que había experimentado antes. Ni siquiera me había imaginado que jamás tendría la suerte de ver estas tradiciones con mis propios ojos. En este mundo, que es demasiado real para su propio bien, la fantasía ha perdido su espacio. México, de alguna manera ha logrado mantener el tiempo atrás en la forma de Templo Mayor y Bonampak, lo que te pone en una zona de urdimbre camino hacia el pasado, a los días que ahora son la de fantasía.

Voy a enumerar algunos de los eventos y lugares en México; los que toco a mí y corazón y dejo una huella para siempre.

Templo Mayor

Templo Mayor, mi lugar favorito en toda la Ciudad de México. Para mí no son sólo ruinas. Las piedras cuentan historias, están al tanto de las conversaciones de la gente de la civilización poderosa. El Chaac Mool en realidad sostenía el corazón y la sangre de los sacrificados, las piedras sobre las que había estado de pie, había estado caminado por la gente del pasado. Cada paso que tuve envió escalofríos a través de mi cuerpo. Esto era cierto para cada lugar arqueológico que visité en México.

Alebrijes

Uno de mis ejemplos favoritos del surrealismo en México sería los maravillosos alebrijes. ¿Cómo podemos hablar del surrealismo y no mencionar estos hermosos artefactos hechos de trabajo duro, finura, y de imaginación poderosa? Los colores lujos, los ojos brillos, y la mezcla exquisita de varios animales en el cuerpo de uno es algo que sólo había leído en los cuentos de las hadas. Los gigantes alebrijes expuestos al frente del Museo de Arte Popular me robaron mi corazón. Quisiera poder llevar a uno de ellos a casa conmigo. Pero ¡ay! no estaban a la venta.

Casa Azul

“Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad”. Frida Kahlo.

Según ella, ella no era surrealista, pero para mí su hermosa casa azul que había visto el dolor, la maravilla, el amor, y la angustia era un símbolo del surrealismo. Al entrar en su habitación, viendo sus cosas, su ropa, sus pinceles me transportaron a un tiempo que no era 2014. Me pierdo fácilmente, lo llamo una calidad. Me ayuda a vivir una realidad alternativa y su casa me llevó a uno.

Dia Del Muerto

La más surreal de todas las experiencias fue celebrar el Dia del Muerto con mis amigos. Usted tiene que entender una cosa importante sobre la India. En mi país, realmente no celebramos la muerte. Nos lamentamos, ferozmente. Así que la idea de tener cenas familiares sobre la lápida de los queridos difuntos fue inicialmente impactante, pero luego ese asunto provocado mucha curiosidad en mí. La primera vez que fui testigo de la celebración fue en los terrenos de la UNAM donde estaba estudiando en ese entonces. La segunda vez que celebramos en el Centro de Coyoacán con amigos, donde una señora muy amable pinto mi cara como la de Katrina. Yo estaba buscando desesperadamente a alguien que me podría pintar y ella me ayudo.

México, para mí es un país que es un bello cóctel de la vida real y la fantasía; asperjado con su quintaesencia limón, sal, y chile. Un país que alimentó la niña curiosa en mí y me dio una razón para creer: nunca necesitas ser demasiado real cuando tienes tanto que soñar.